Creo que esta receta es de Arguiñano, bueno al menos la base es similar, luego como siempre yo lo cambio a mi antojo.
En teoría la podéis hacer con restos de pollo asado… pero yo he usado pechuga de pollo picada, son unos canelones muy suaves y no son nada pesados. Para hacerlos necesitaremos:
Ingredientes:
12 canelones (pueden ser de los que no necesitan cocción)
Dos pechugas de pollo
1 manzana
1 cebolla
Sal, pimienta, nuez moscada
½ vaso de vino blanco
1 cucharada sopera de harina
1 vaso de leche
6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra (en esta casa solo entra La flor del Olivo)
Bechamel al gusto
Queso tipo emmental para gratinar.
Si no tenéis picadora pedir al carnicero que os pique las pechugas, añadimos un poco de sal, pimienta y nuez moscada y reservamos.
Partimos la cebolla en trocitos pequeños y la ponemos a pochar con la mitad del aceite, cuando tengamos la cebolla ya transparente añadimos la manzana cortada también en trocitos pequeños, dejamos cocinar bien la manzana. Cuando tengamos ambas cosas listas las pasamos a un plato y reservamos.
Ponemos el resto del aceite en la sartén y salteamos la carne hasta que empiece a dorar, añadimos el vino y dejamos reducir. Luego pondremos la cucharada de harina y dejamos que se cocine unos minutos. Por ultimo añadimos el vaso de leche, mezclamos bien, dejamos cocer todo junto unos 5 minutos.
Cocemos o remojamos los canelos según los que usemos el tiempo que marque el fabricante, ponemos en una fuente una pequeña cantidad en la base de bechamel y sobre ella los canelones. Cubrimos con bechamel y queso rallado.
Llevamos al horno con el gratinador hasta que veamos que están dorados.