El verano es una época peligrosa a la hora de sentarse a comer en lugares desconocidos. Puedes llevarte muchas sorpresas, algunas desagradables por caras, o porque los platos están poco elaborados o hechos sin criterio alguno, pero otras veces puedes verte sorprendida gratamente. Este es el caso que inspiró la receta que hoy os presentamos y que comimos en un restaurante de Valladolid. Aquella hermosura de postre despertó nuestro espíritu analítico y nos pusimos a desmenuzar los ingredientes y a imaginar cómo estaría hecho. Y ante nuestra sorpresa descubrimos que no era tan difícil conseguir reproducirlo. Cambiamos el ingrediente principal. En lugar de compota de manzana, la hicimos de pera aprovechando que el peral de casa estaba lleno a rebosar y sus ramas amenazaban rendirse ante tanto peso. Para el helado de vainilla recurrimos a nuestra receta y lo mismo hicimos en el caso del crumble. El resultado final no tenía nada que envidiar al original. En casa gustó y eso nos sirve para romper una lanza a favor de visitar restaurantes más a menudo. Siempre se aprende algo.
RECETA
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INGREDIENTES (para 8 raciones)
Helado de vainilla.
Crumble. PARA LA COMPOTA DE PERA:
6 peras (si son pequeñas añadir alguna más).
Una ramita de canela.
4 cucharadas de azúcar de caña.
El zumo de medio limón.
4 clavos.
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PREPARACIÓN
Preparar una compota de pera, pelando y cortando las peras en trocitos.
Poner en una cazuela la pera troceada, la ramita de canela, los clavos, el zumo de limón y el azúcar. Dejar hervir a fuego lento hasta que la pera esté blanda. El grado de dulzor de esta compota depende del gusto de cada uno, por eso conviene probarla y adaptarla.
Dejar enfriar y meter en la nevera.
En un recipiente de cristal (vaso o copa) poner la compota como base, encima una una bola de helado de vainilla y alrededor del helado y por encima poner el crumble.