En esta ocasión fueron unas peras que me regalaron y que estaban muy maduras ya. Podían haberse transformado en muchas cosas, pero elegí una rica compota de peras a la vainilla.
La diferencia entre mermeladas, confituras, compotas... es un poco sutil y desdibujada. En general, parece que esta que os traigo hoy es, en realidad, una mermelada, puesto que las compotas llevan muy poco azúcar (entre un 10 y un 15% respecto a la cantidad de fruta) y por ese motivo, su consumo ha de ser casi inmediato.
Yo necesitaba que el preparado se conservara durante más tiempo, así que sí le añadí azúcar que, como sabréis, es el ingrediente que actúa de conservante en las mermeladas caseras. Por lo tanto, aunque yo he llamado a esta receta "compota", en realidad es una mermelada o confitura (ahí sí que la diferencia es más sutil todavía y controvertida, además).
Pero bueno, sea como sea, os va a encantar esta receta porque es sencilla y, como suele decirse: una perita en dulce ;) El poquito de vainilla le da un toque de distinción.
Cómo hacer compota de peras a la vainilla
600 gr. de eras peladas y sin semillas.
300 gr. de azúcar.
1/2 cucharadita de pasta de vainilla. ******
el zumo de 1 naranja
1/2 cucharadita de agar agar -opcional-
En thermomix:
Ponemos en el vaso las peras -peladas y sin semillas-, la vanilla y el azúcar. Programamos 13 minutos, temperatura varoma, velocidad 1.
Añadimos el zumo de naranja y volvemos a programar 5 minutos, temperatura varoma, velocidad 1.
Comprobamos si la textura es la deseada.
El truco es poner un poquito de mermelada en un platito. Cuando se enfríe, trazamos un surco con el dedo: si el surco se mantiene, la mermelada está en su punto; por el contrario, si vuelve a unirse, es que está demasiado líquida y necesita un poco más de cocción.
Si fuera necesario, podemos añadirle 1/2 cucharadita de agar agar para que espese.
Para que el agar agar haga su función, necesita cocer un rato: en ese caso, tendríamos que programar, de nuevo 5 minutos, temperatura varoma, velocidad 1.
Si lo deseamos, podemos triturar la mermelada hasta que quede a nuestro gusto.
Tradicional:
Ponemos en una cazuela las peras -peladas y descorazonadas-, la vainilla, el azúcar y el zumo de naranja y llevamos a ebullición.
Cuando arranque a hervir, bajamos a fuego medio, para evitar que se agarre y dejamos cocer durante 1 hora, aproximadamente, hasta que la fruta se pueda aplastar fácilmente con un tenedor.
Continuamos con los pasos 3-5 de las indicaciones anteriores.
Panficadora:
Ponemos en la cubeta de la panificadora todos los ingredientes. La fruta habrá de estar partida bien menuda.
Seleccionamos el programa "mermeladas".
Continuamos con los pasos 3-5 de las indicaciones anteriores.
Fuente: thermorecetas.com
¿Cómo conservamos las mermeladas caseras?
Cuando hacemos mermeladas caseras, lo suyo es conseguir que aguanten mucho tiempo. De hecho, el origen de las mermeladas, confituras y demás fue precisamente ese: conservar el excedente de fruta para consumirlo en momentos de escasez.
Pues bien, como os he dicho anteriormente, el ingrediente que se usa en las mermeladas como agente conservante es el azúcar.
La teoría es que hay que usar la misma cantidad de fruta que de azúcar pero a mí no me gustan las mermeladas tan dulces, así que hace tiempo ya que probé a usar la mitad, ¡con éxito!
Os puedo decir que la mermelada de fresas que, junto con la de moras, es una de mis favoritas, aguanta en perfecto estado de una temporada a otra, por poneros un ejemplo. Hasta ahora, ninguna de mis mermeladas se ha estropeado, así que os animo a preparar las mermeladas que más os gusten y conservarlas en casa.
Además de añadir azúcar, tenemos que envasarlas al vacío. En el caso de las mermeladas, esto es especialmente fácil, siguiendo estos paso:
Tendremos que preparar los tarros en los que envasaremos nuestra mermelada. Tanto el bote como la tapa tiene que estar bien limpio. Bastará con que los lavemos en el lavavajillas y prestaremos especial atención a las tapas: vigilad que no estén dañadas y que estén en perfecto estado.
Si no tienes lavavajillas, hierve los botes y las tapas durante 10 minuto y déjalos escurrir para que se sequen bien antes de envasar la mermelada.
Una vez tengamos nuestra mermelada lista y aún caliente, vamos a llenar los botes hasta el máximo de su capacidad, justo hasta el borde.
Tapamos el tarro con su tapa correspondiente y dejamos reposar boca abajo durante al menos 24 horas.
Lo ideal es dejar los tarros sobre un paño blanco, para detectar inmediatamente si ha habido alguna fuga, lo cual es síntoma de que no se ha hecho el vacío correctamente. No suele pasar, pero es mejor estar pendientes, no vayamos a tener un problemilla.
Pasado este tiempo y comprobado que los tarros están perfectamente cerrado, podemos guardar nuestras mermeladas en un lugar fresco y preservado de la luz (un trastero, una alacena).
No os olivdéis de etiquetar vuestras mermeladas para saber los ingredientes y, sobre todo, la fecha de envasado. ¡¡A disfrutar de vuestras mermeladas caseras!!
Si te gustan estas delicias dulces, te dejo mis preferidas:
Mermelada de melocotón con hierbabuena.