Hay distintos tipos entre las que destacan la Tuber melanosporum, que es de las que más nace en España y Francia. El nombre más común, o como la conocerás, es trufa negra o ‘el diamante negro de la cocina’. También existen otras como la Tuber brumale o Tuber aestivum.
No obstante hoy os queremos hablar de una joya casi indescriptible y con muchos beneficios para nuestra salud, a parte de una gran versatilidad en la cocina y con un aroma y un sabor tremendos. Se trata de la Tuber magnatum o Tartufo Bianco. Son conocidas también como trufas de Piamonte. Nacen solamente en Italia y Istria. Son unos ejemplares muy cotizados por varios motivos. Salud, sabor y dificultad en encontrarlas son lo que más destaca.
La mezcla perfecta entre un buen aceite de oliva y la trufa blanca propicia esta creación magnífica; aceite de trufa blanca. Hay muchos usos para este aceite, pero sin duda el gastronómico es el mejor y el que nos ocupa. Solo con unas pocas gotas de este maravilloso aceite los sabores se multiplican y tendremos un sabor excelso en nuestro paladar.
Los beneficios para la salud de este aceite de trufa blanca también son vastos. Por ejemplo se trata de un aceite con grasas monoinsaturadas que tienen beneficios para la reducción de la lipoproteína de baja densidad. Además tiene un gran aporte en minerales tales como potasio, fósforo y selenio y cantidades menores de hierro, calcio, magnesio, manganeso y azufre.
No se tiene que descuidar el saber que también son ricas en vitaminas del grupo B, sobretodo la riboflabina y la niacina.
A todo ello os vamos a dejar con una pequeña receta muy rápida para aprovechar al máximo este maravilloso aceite de trufa blanca, líquido dorado de los Dioses. Se trata de preparar una ensalada de setas frescas y queso de cabra.
Necesitamos una base de lechuga o de mezclum al gusto (nosotros lo hacemos con lechuga de roble, canónigos y rucula). Después añadimos las setas cortadas y limpias. Las setas seleccionadas son champiñones y boletus.
Añadimos más tarde algunas nueces y finalmente por encima el queso de cabra. Todo ésto aliñado al gusto con sal (preferiblemente Rosa del Himalaya) y sobretodo, lo más importante, el aceite de oliva de trufa blanca que dará este sabor incontestable.
A disfrutar!!