Hace unas semanas ya os comentaba en Instagram tras mi viaje a Tailandia, que venía cargada de ingredientes, recetas e inspiración para compartir en el blog. Como ya sabéis, la cocina tailandesa es una de mis cocinas favoritas del mundo, prueba de ello son algunas recetas que os he ido dejando por aquí como la ensalada som tam o el larb gai.
He estado dos veces allí, y sé sin ninguna duda que habrá una tercera, es un país que engancha y enamora... a muchos niveles.
En este viaje no quise perder la oportunidad de aprender más sobre su cocina, de primera mano y con gente local, así que sin pensarlo me apunté a un curso de cocina típica en su capital, Bangkok. Fue de las mejores experiencias que he tenido a nivel culinario, como ya os he contado en más de una ocasión, para mi descubrir e indagar en la cultura gastronómica en cada viaje que hago es algo fundamental y con lo que disfruto enormemente, especialmente con la cocina asiática, que me apasiona y no me canso de explorar.
Me encantó poder aprender más sobre los ingredientes típicos de la cocina tailandesa, especialmente aquellos que en occidente no conocemos o no acostumbramos a usar. Además me parecía muy interesante aprender sobre sus técnicas de cocción, elaboración e incluso conservación y como condimentan los platos para poder luego adaptarlas a mi cocina y recrearlas en casa, teniendo en cuenta ciertas adaptaciones con ingredientes que aquí no encontramos fácilmente.
De verdad que es fascinante, sólo pasearse por sus mercados es algo maravilloso, un perfecto reflejo de su cultura, su gente y sus productos frescos y locales. Un festival colorido de frutas exóticas, verduras variopintas y un montón de ingredientes locales que te dejan ojiplático.
Para no alargarme mucho más (visto está que me emociono mucho hablando de la cocina asiática), voy a pasar a hablar de la receta que traigo hoy, este curry Massaman, un plato que cuando probé me dejó anonadada de lo increíblemente bueno que me pareció. Habiendo probado muchas versiones de otros currys como el amarillo, rojo, verde, este en concreto me sorprendió por ser mucho más suave en cuanto a picante se refiere, pero sabrosísimo y especiado, con un toque de dulzor que lo hace distinto al resto. El Massaman es de hecho un tipo de curry rojo, y este color se lo da el chile rojo, pero en este caso es mucho menos intenso de color y sabor ya que lleva mucha menos cantidad. Se podría decir que es de los currys más suaves que hay en la cocina tailandesa, por lo que es ideal para aquellos a los que el picante no les hace mucha gracia.
Como con cualquier otro curry puedes además jugar con las cantidades de especias y hacerlo a tu gusto, añadiendo más o menos picante, salado, dulce...
Como ya sabéis, el curry es básicamente una mezcla de especias. Hay infinidad de tipos de pastas de curry, el amarillo, rojo, verde... muchas mezclas de diversos países, especialmente de Asia, como la India, Pakistán, Bangladesh... y como en este caso del Sudeste Asiático, y en concreto de Tailandia. La mayoría de currys se elaboran mezclando manualmente en un mortero muy grande y hecho de granito, machacando todos los ingredientes: especias secas en grano previamente tostadas como la pimienta, comino, clavo, cardamomo...y otros ingredientes frescos y raíces como la citronela, chiles rojos y verdes, jengibre o galangal (un tipo de jengible tailandés que podeís ver en una de las fotos), cúrcuma, la raíz del cilantro...
Aunque la manera tradicional se hace con mortero, siempre podemos usar nuestro procesador de alimentos o batidora para hacerlo más rápido, aunque como veréis en esta elaboración usaremos las dos. Algo muy bueno que tiene es que una vez hecha la pasta de curry, esta se puede conservar durante muchísimo tiempo en la nevera bien guardado en un tarro de cristal. Por tanto, merece la pena ya que te pones, hacer una gran cantidad para tener disponible para varias veces. Con las cantidades de abajo, tendrás unas 5-6 cucharadas, así que para un par de recetas.
El curry massaman puede hacerse con carne de pollo (como haremos esta vez), ternera, pato o tofu para una versión vegetariana. Siempre lleva patata, cacahuetes, leche de coco, tamarindo y aparte de las especias que tiene la pasta de curry otras súper aromáticas como la canela y el cardamomo. Las hojas de espinaca son una opción que yo le he puesto para agregar un toque de verde a la receta.
Pues allá vamos, espero que os trasladéis conmigo a Tailandia con todos los aromas deliciosos de este curry massaman.
RECETA DE CURRY MASSAMAN TAILANDÉS
INGREDIENTES
Para la pasta de curry
3 chiles rojos secos (o más, al gusto), sin semillas, remojados en agua 15 minutos
1 cebolleta cortada en trozos pequeños
3 cucharadas de ajos pelados y cortados en láminas
1 trozo de jengibre fresco (unos 3 dedos) o galangal, pelado y picado
2 cucharadas de citronela en polvo (lemongrass o hierba limón) o 1 trozo del fresco
Piel de 1/2 lima o lima kaffir, sólo la parte verde
1 cucharadita de sal rosa del Himalaya
1 cucharadita de semilllas de cilantro (coriandro)
1/2 cucharadita de semillas de comino
1 cucharadita de pimienta negra en grano
2 clavos de olor
1 cucharada de aceite suave para conservar (de aguacate, girasol...)
Para el resto
10 pechugas de pollo de corral
1 patata grande, pelada y cortada en trozos pequeños
2-3 cucharas de la pasta de curry que hemos hecho (más o menos al gusto)
1 lata de leche de coco
Cacahuetes tostados
2 hojas de laurel
3 vainas de cardamomo
1 rama de canela
1 cucharada y 1/2 de pasta de tamarindo o jugo
4 cucharadas de salsa de pescado (fish sauce, nam pla, nuoc mam...)
1/4 taza/cup de azúcar de palma o de caña integral o de coco o panela
2 cucharadas de aceite de sésamo, de coco o cacahuete
Espinacas frescas (opcional)
Arroz basmati, jazmín o thai cocido para acompañar
Para añadir en la mesa: salsa de chile picante, hojas de cilantro fresco, lima... (opcional)
ELABORACIÓN
De la pasta de curry
Primero tostamos las especias en grano: semillas de cilantro, comino, pimienta negra y los clavos, un par de minutos en sartén sin aceite y con cuidado de no quemarlas. Cuando empiecen a liberar los aromas lo retiramos y echamos en el mortero junto con la citronela en polvo.
Machacamos bien hasta que queden en polvo.
En una sartén sin aceite tostamos un poco la cebolleta, los ajos, el jengibre y la piel de lima.
Vertemos en el procesador o vaso de la batidora junto con las especias machacadas, y los chiles y trituramos a máxima potencia hasta conseguir una pasta fina.
Mezclamos con un poco de aceite y conservamos en un bote de cristal hermético en nevera durante meses.
Del resto
En una cazuela llena de agua cuece la patata.
En un wok o sartén ancha y alta, calienta un par de cucharadas de aceite, vierte las 2-3 cucharadas de pasta de curry y remueve un poco hasta que empiecen a liberar el aroma.
Añade el pollo y saltea hasta que se dore un poco, después vierte la leche de coco, salsa de pescado, pasta de tamarindo, azúcar, hojas de laurel, cardamomo y la canela.
Cuece a fuego lento hasta que esté bien cocido y tierno, añade las espinacas al final y reduce la salsa hasta que espese un poco.
Añade la patata cocida y los cacahuetes y remueve.
Sirve con un poco de arroz y unos bolecitos con salsa picante, unas hojas de cilantro fresco y unos trozos de lima para sazonar al gusto.