Este es un plato nutritivamente muy completo y ligero. A mi, que me da un poco igual, lo de comer caliente en invierno y frio en verano, me harto de hacerlo a lo largo del año. La gran ventaja que tiene es que aguanta varios días (en concreto las sardinas merece la pena hacer mucha cantidad porque su conservación, en la nevera, no es problema y la quinoa lo mismo aunque recomiendo que se aliñe la cantidad a consumir guardando la cocida para elaboraciones posteriores)
Para la ensalada de quinoa:
Coceremos 250 grs de quinoa en el zumo liquado de 4 remolachas medianas (si las remolachas no dan suficiente jugo, añadiremos el agua necesaria hasta completar el líquido de cocción requerido que, para la quinoa, es el doble, es decir, para un vaso-de los de agua-de quinoa, deberemos cocerla en 500 ml. de líquido). Incorporar también sal y pimienta.
Una vez cocida y templada, aliñaremos con el zumo de una naranja y la ralladura de su piel, un puñadito de pipas de calabaza y otro de pasas, un cuarto de cebolla roja troceada muy menuda y otro cuarto de pimiento rojo picado de la misma manera.
Las especias que me gusta utilizar para esta preparación son el comino y cardamomo en muy pequeña cantidad pero esta cuestión es muy personal.
Para los lomitos de sardinas:
Eviscerar y desescamar las sardinas (que no sean de las grandes), separar los lomos (una buena opción es comprar las sardinas ya porcionadas en los lomos, tan solo tendríamos que repasarlas y dejarlas bonitas). Introducirlos en vinagre de manzana (con la piel hacía arriba) durante 1 hora.
Sacar y secar con papel absorbente. Colocar los lomitos en un cuenco de cristal (con la piel hacía arriba) dejándolos macerar en un buen aceite de oliva.
Montaje:
Emplatar 2 ó 3 lomitos con una pequeña quenelle de la quinoa a un lado. Otra opción que queda muy bien pero a los que no les gusta mezclar en exceso los alimentos no les resultará atractiva es situar una montañita de la ensalada en el centro del plato y colocar los lomitos de sardina sobre esta simulando las aspas de un molino.
Rodear con un chorrito de aceite virgen extra de oliva.