“No hay mala cocinera, con tomates a la vera.”
Dicho Popular
De Sevilla y toda Andalucía
Plato de abuelas ¿verdad? Un plato de toda la vida que nos trae recuerdos y aromas del pasado. Bocas manchada de rojo, servilletas embadurnadas de tomate y ese pan con el que no paramos de rebañar el plato hasta dejarlo tan limpio como una patena. Vivencias que quedaron en ese pasado hermoso que constituye nuestra herencia, un tiempo donde casa cosa disponía del espacio necesario para el deleite. Entonces no había móviles y la televisión solo se veía en el momento destinado para ello. Tocaba comer, todos a la mesa; madre, hermanos, vecinos, primos... juegos y regañinas. Todo a su vez. Estábamos ahí simplemente y nada nos alejaba de ese instante, de esos minutos que recordaremos de por vida.
INGREDIENTES
Cuatro Tomates hermosos y maduros
Dos Pimientos verdes
Dos dientes de Ajo
Una cebolla de buen tamaño
Tres o cuatro Patatas, dependiendo del tamaño
Una pizca de orégano
Perejil
Unos granos de Comino
Aceite de Oliva
Sal
ELABORACIÓN
Comenzamos por los Tomates, lo primero de todo quitarles la piel. Podemos sumergirlos en agua hirviendo durante unos segundos y comprobaremos como se raja la piel y se desprende fácilmente.
Le quitamos las pipas y dejamos solo la carne y el jugo.
Picamos a lascas los dos dientes de Ajo y finamente la Cebolla y los Pimientos verdes.
Ahora ya podemos comenzar la fritá.
Primero ponemos a calentar el Aceite sobre una buena sarten, para la fritada prefiero la de hierro. Una vez caliente el Aceite comenzamos por turno, primero rehogamos los Ajos, Pimiento verde y terminamos con el Tomate. Fuego suave y removiendo para que no se pegue. Yo en casa uso mi cucharon de madera de toda la vida, aunque para cocinar a la calle hay que tener en cuenta que la normativa indica que usemos de silicona o plástico (Cuestiones de higiene).
Una vez integrado el refrito, probamos de sabor y acidez. si es necesario una pizca de azúcar no vendrá nada mal, así reducimos la acidez del tomate.
Granos de Comino, punto de sal y apartamos.
Freímos las Patatas en abundante Aceite de Oliva, dejarlas algo pochas pues uno de los secretos de este plato es que absorba la salsa la Patata. si la freímos demasiado perderemos textura y sabor.
Escurrimos las patatas y ligamos con la fritada de tomate, suavemente para que no se rompan las patatas.
Rociamos con Orégano picado y algo de Perejil.
OBSERVACIONES
Lo principal el Tomate, nos dejamos de experimentaciones con las nuevas variedades que inunda los mercados y nos vamos a los de siempre; es decir jugosos y preferentemente de la zona. Aunque los de pera o canarios vayan bien. El secreto está en la calidad del Tomate.
Los popularmente llamados de caña, Malagueños, Los palacios, Villafranca, Conil, Almería... no nos quejaremos en Andalucía de la calidad de nuestros tomates, no seré yo quien lo haga, pido perdón si me dejo alguno detrás, pero lo recito de memoria.
Luego lo de la acidez, se combate fácilmente con un poquitín de azúcar.
Se suele acompañar con un huevo frito.
Guisantes no le van nada mal a la mezcla, un poco de chorizo o de jamón. Pero hablaríamos de otra cosa y para este plato simple y llano, dejémonos de barroquismos y quedémonos tal como lo he descrito. A veces lo sencillo vence al más sofisticado.
De hierbas me he decantado por el orégano, pero lo principal es que por nada del mundo se eclipse el sabor natural del tomate potenciado por su fritada.
Buen provecho, la mesa nos espera.