Más fácil y sano imposible. Bueno, también puedes tomarte una ensalada, pero entre horas o para merendar no apetece tanto como un par de galletas. En mi búsqueda de galletas de avena, el otro día me topé con un blog que sólo tiene recetas para elaborarlas y tiene toda la pinta de estar hecho por alguna marca comercial que vende avena. Me puse a trastear y encontré estas con plátano que no pude resistirme a hacerlas.
Sólo tienen 2 ingredientes, avena y plátano, y luego puedes añadir los aderezos que más te gusten. Como yo tenía cacao en polvo ecológico le puse un par de cucharadas y unas nueces en trozos. Pero uvas pasas, trozos de avellanas o chips de chocolate también encajan genial.
Una cosa importante, son para comerlas rápido o mejor meterlas en la nevera. Yo las tuve fuera en el típico bote de galletas y a los dos días estaban algo chiclosas, imagino que por la textura de los plátanos. Usar plátanos en los bizcochos y galletas me gusta mucho, sobre todo porque siempre queda alguno en el frutero que nadie se quiere comer porque ya está muy maduro y me da mucha pena.
Ingredientes
– 3 plátanos maduros
– 1 taza de avena y algo más hasta que la masa se queda moldeable
– 2 cucharadas de cacao en polvo
– nueces en trozos, unos 75 gr.
Modus Operandi
1) Aplastar los plátanos o con Thermomix batir unos segundos a V.5.
2) Añadir la avena y el cacao y remover hasta integrar. Si está la mezcla muy poco consistente ir echando más avena hasta que se puedan hacer las bolas. Con Thermomix amasar un poco en velocidad espiga. Añadir las nueces y remover.
3) Coger trocitos de masa y colocar las galletas en una bandeja de horno sobre un papel sulfurizado o plancha de silicona.
4) Hornear a 180º calor arriba y abajo durante unos 12-14 minutos, dependiendo del grosor de las galletas.
Ha comenzado el verano de verdad y en Madrid la cosa parece que se complica, este fin de semana amenazan con 38º, no lo quiero ni pensar. Así que he recordado esta canción de Radio Futura y de los veranos que he pasado cuando era pequeña en pueblos de León. Soy de esa generación de asturianos que pasábamos las vacaciones en León por imperativo legal, todavía no entiendo muy bien eso de ser de un sitio de costa e ir a pasar calor al interior. Misterios que sólo los descendientes de la pata de Pelayo alcanzan a descifrar. Este tema de conversación lo tengo que sacar en la próxima comida familiar.
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