La mía, además de todas esas cosas, resulta que es una chica bastante maja. Por eso, cuando se pone pesadita con un tema le acabo haciendo caso, que tampoco me cuesta tanto. Y si ella me dice que quiere salir galletizada en mi Instagram y que ponga Maria in progress, pues nada, a esperar la inspiración oportuna. Ya una vez hice una María en unas galletas del día de la madre, y no hay que olvidar que galletas maría hay millones en el mundo, doradas y sin dorar. Pero si mi hermana quiere convertirse en galleta, quién soy yo para decirle que no.
La inspiración llegó finalmente uniendo dos conceptos que parecían destinados a encontrarse. El primero, el descontrolado pelo de mi hermana, que es para verlo. Una mata de pelo espectacular, con unos rizos impresionantes que se empeñan en crecer hacia arriba en lugar de dejarse vencer por la gravedad como el resto del mundo.
Lo segundo, una idea que me encantó cuando la vi: el cortador de galletas Hairdo. Es muy simple, sirve para hornear muñequitas de enorme pelo que luego con nuestros mordiscos iremos peinando a nuestro gusto. ¿A que es mono?
Pensé que mi sobrina iba a disfrutar mucho haciendo peinados a su madre, y me puse a ello. El cortador que empleé yo es uno normal, redondeado con borde festoneado. Ahí dibujé la cara de mi hermana en pequeñito, para dejar que todo lo demás fuera pelo. Lo cubrí con icing negro y lo dejé secar.
Luego usé algunos de mis stencils y un toque de aerógrafo -¿habéis visto lo bien que queda el negro sobre negro?- para hacerle distintos fondos a mi hermana, incluido el de pájaros, porque todos tenemos la cabeza llena de pájaros en algún momento.
Unas cuantas expresiones faciales –algunas de ellas no son nada de mi hermana, pero hay un par que son ella totalmente- y FUNDAMENTAL unos buenos pendientes para cada ocasión. Me he permitido la licencia de poner los dos pendientes iguales en cada galleta, pero mi hermana no ha conjuntado ni un par de pendientes ni de calcetines desde que yo la conozco. Podéis ver el proceso completo pinchando sobre la foto:
Y una vez terminadas, os puedo presentar a mi hermana María en su versión galleta. A mis hijas les encantó la idea de cambiarle el look a mordiscos, y en menos de un minuto la habían dejado con melenita, luego a lo garcon, y por fin calva. Pincha sobre la foto y verás cómo:
Las otras se las he enviado a mi sobrina, para que haga lo que considere oportuno con la cabellera de su madre. Yo de momento he cumplido con mi fantástica hermana pequeña, y espero que haya disfrutado estas galletas inspiradas en su pelazo y su alegría de vivir.
Hermana a la que, por cierto, a veces también pido yo caprichitos, como el que dentro de unas semanas veréis en un post muy especial. ¡Hasta entonces!