Esta vez toca una receta perfecta para este invierno improvisado que ha decidido dejarnos en suspense hasta su aparición: nada más y nada menos que unas ricas lentejas que aprendí a hacerlas no hace mucho. Con ella por vez primera puedo participar en la iniciativa mensual de #LaCocinaTypicalSpanish. Para este mes de marzo la anfitriona, Mar, ha decidido que el ingrediente principal sean las legumbres, y yo me he quedado con las que más me gustan. Así que hoy toca: #LegumbreandoTS.
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Antes de hablar de la receta ¿por qué lentejas, de entre todas las legumbres que hay? Resulta que, aunque no a todo el mundo gusten, las lentejas son mis legumbres favoritas y he de agradecerle a mi suegra el haberme enseñado cómo hacerlas. Siempre he pensado que pocas recetas hay tan tradicionales como las imaginamos, en tanto en cuanto cada cuál decide preparar cualquier plato a su gusto. Y yo he aprendido a hacerlas de una manera más bien cántabra, puesto que mi maestra lo es, aunque una vez más he tenido que recurrir a ciertas variaciones de ingredientes, guardando en todo caso el truco que ensalza el sabor de este rico plato de cuchara.
Ingredientes:
250gr de lentejas (eché a ojo medio paquete)
Agua
1 Zanahoria grande
2 Patatas medianas
1 Cebolla pequeña
1 Diente de ajo
Chorizo o alguna pieza de carne al gusto (costilla, morcilla, etc.)
Sal
Pimentón (en mi caso picante)
Las lentejas son unas legumbres que se pueden cocinar sin poner a remojar antes, aunque no es mala idea lavarlas antes para quitarles el polvo. En mi caso, yo las lavo igual que el arroz, pero una sola vez porque éstas no sueltan almidón. Una vez lavadas, hay que echarlas en una olla, preferiblemente grandecita, con agua. Para el agua hay que tener en cuenta que, una vez empiece a hervir, hay que echar más agua fría y repetir otras 2 veces, no recuerdo ahora mismo exactamente por qué se hacía esto, pero es así cómo lo aprendí yo. Cortar el chorizo o la carne elegida (cortar o echar entero, según se prefiera) y echar con las lentejas y dejar tapado para que vayan cogiendo sabor. Echar sal al gusto, aproximadamente una cucharadita.
Puesto todo esto al fuego, ir preparando el resto. Hay que cortar la patata en trozos no muy grandes y echarla a la olla, yo la eché tras el segundo vaso de agua fría. Después toca cortar la zanahoria y la cebolla en trozos pequeños. Lo ideal sería echar también pimiento, pero en esta ocasión no tenía. Hay que guardar la zanahoria, la cebolla y el pimiento, si se tuviese, pues son esenciales para darle el mejor sabor a las lentejas.
Cuando le queden unos 20 minutos, poner una sarten al fuego con dos o tres cucharaditas de aceite y pochar la cebolla. Después, echar la zanahoria y dejar que se haga bien. Cuando esté todo listo, echar una cucharadita (más o menos, siempre al gusto) de pimentón y freír unos pocos segundos a fuego bajo ¡OJO! hay que tener cuidado porque se puede quemar muy fácilmente. Una vez que se haya frito un poco el pimentón con la zanahoria y la cebolla, echarlo todo en la olla de las lentejas y remover. Justificar de sal y listo.
Una receta sencilla pero muy rica, ideal para estos días en los que el sol no se decide aún a salir. Y no os olvidéis de echarle un ojo a la recopilación de todas las recetas de este mes. Hasta la próxima :).