A todos nos gustan estos dulces para una merienda o un desayuno sin más pretensión que tomarnos algo hecho en casa, no me gusta nada la bollería industrial, no es muy buena para los pequeños de la casa (ni para los mayores) ya que mucha bollería y pastelería industrial contienen estabilizantes, conservantes, edulcorantes y muchos también colorantes; aquí en nuestros dulces caseros el único "colorante" es la cantidad de huevos que hemos echado en nuestra masa de pasteles o bizcochos o el toque de vainilla o canela.
Compré hace unas semanas en una tienda especializada cercana a mi casa algunas cosas que me hacían falta, como una manga pastelera o para ser precisa el adaptador y algunas boquillas reposteras Wilson (fantásticas) que me faltaban y ya aproveché y compré una oferta de estos papeles color rosa palo que se ven en las imágenes. Monísimos. Y dicho y hecho.
Estos muffins de vainilla se pueden decorar como se prefiera, yo solo les eché azúcar glass
por encima, pero admiten "casi de todo", aunque en este caso también nos sirve el famoso "menos es más".
Mis "Muffins de Vainilla" ya preparados para hacer un regalo
4 Huevos (medianos)
220 gramos de Azúcar
100 cc. Aceite de Girasol
100 gramos de Mantequilla
225 cc. de Leche
1 Vaina de vainilla (para aromatizar la leche)
2 cucharaditas de esencia de vainilla
325 gramos de Harina
1 sobre de Levadura en Polvo (tipo Royal)
Se mezclan las yemas de los huevos con el azúcar, se bate bien. Las claras e montan a punto de nieve pero no hacerlo hasta casi el final de la receta ya que se bajarían.
Se añade a las yemas y el azúcar ya batidos, el aceite y la mantequilla (derretida).
A continuación la leche se calienta con una vaina de vainilla y se deja templar antes de echarla a la masa, se mezcla bien y se ponen las 2 cucharaditas de vainilla líquida.
Sobre un tamiz se añade la harina, la levadura y la sal (previamente mezclado todo), se va añadiendo a la primera parte que hemos hecho, es decir a lo más líquido de esta preparación y se revuelve poco a poco hasta tener toda la harina incorporada a la masa.
Por último añadimos las claras a punto de nieve (suave no demasiado dura) y la vamos mezclando poco a poco.
El reposo es fundamental para esta masa de muffins, poner la masa en una jarra u otro recipiente en el frigorífico durante unos 40 minutos.
Preparamos nuestros moldes de magdalenas o estos de papel, yo personalmente prefiero estos pues quedan unos muffins más grandes y están muy ricos con más masa. Yo simplemente los metí en los moldes, sin enmantecar nada, más sencillo y rápido si cabe.
Se pueden rellenar con manga pastelera o echando directamente con la jarra ayudada con una cucharada sopera para con ella, cortar el chorrito de masa y no manchar demasiado los papeles de los moldes. Aquí ya que cada uno que lo haga según su comodidad y práctica.
Con horno ya caliente a 180 grados las ponemos en el horno durante 25 minutos. Se deben vigilar ya que todos los hornos son diferentes.
Os cuento que a mitad de horneado y cuando uno se piensa que ya no subirán más empiezan a subir por el centro hasta convertirse casi en un cono. Cuando nos guste el tono de dorado las sacamos y las dejamos enfriar antes de echarles el azúcar o la decoración que se haya decidido. Cuanto más tiempo estén en el horno más secas quedan, así que atención.
En esta imagen superior se puede ver antes y después de sacarlas del horno. Vaya diferencia. Aproveché esta bandeja perforada (para cocinar pizzas) y los recipientes especiales de horno, generalmente usados para cocinar huevos al horno. Pero en cocina si sirve...todo vale.
Pues hasta aquí hemos llegado con esta receta tan fácil y mona. ¿O no?
Os dejo el Facebook de La Taza de Loza por si queréis echar un vistazo.
Sed felices y cocinad mucho.