Receta maravillosa para todos aquellos que creen que hacer pan, es algo milagroso. ¡Que no!. ¡Para nada!.
Le pones un poco de interés, y con la ayuda de Dan Lepard, ¡a triunfar!
¿Masa madre?, ¿amasar y amasar?, si... pero no...
No hace falta sufrir para tomar un pan... ¡brutal!
¡A por él!
Ingredientes:
7,5 gr Levadura fresca desmenuzada
350 ml de leche templada (aprox. 20º)
20 ml de sirope de caramelo o de Arce
250 gr de harina floja o de repostería
250 gr de harina de fuerza
6,5 gr de sal marina fina
25 gr de mantequilla, derretida
Mezclamos en un bol la leche, con el sirope y la levadura.
Añadimos la harina y la sal. Mezclamos con las manos hasta conseguir una masa ligera y pegajosa.
Ahora, ponemos la mantequilla, mezclamos hasta que se incorpore.
Quítate los trozos de masa que se te han pegado en los dedos y devuélvelos a la "masita". Déjala reposar, 10 minutos, tapada.
En la encimera o en una parte de la mesa, unta un poco de aceite. Amasa, 10 segundos, terminando la "masita" en forma de bola.
Limpia el bol, sécalo, úntalo de aceite y deja allí la "masita" reposar, 10 minutos más.
Este proceso, repítelo dos veces más con intervalos de reposo de 10 minutos.
Cuando termines el último amasado, deja descansar la "MASA", 30 minutos.
A por el molde. ¿Cual te gusta más?.
¿Alargado?, ¿redondo?.
Yo he utilizado uno alargado. Engrásalo y espolvorea harina en su interior.
Divide la masa en tantas partes como bolas te quepan en el molde. Dos, tres, cuatro.
Coloca las bolas juntas dentro del molde, tápalas y déjalas reposar hasta que doblen su tamaño.
Horno precalentado a 210º. Pinta el pan con nata (crema de leche) o con leche (yo he pulverizado leche, con un spray) y hornea durante 15 minutos.
Bajamos el horno a 180º y continuamos horneando 25-30 minutos más; hasta que tenga un color tostado oscuro, brillante y se separe de los lados del molde.
Sácalo del molde y déjalo enfriar sobre una rejilla.