Tener un blog de recetas de cocina y preguntarle a mi marido ¿qué hago de cenar? ¡¡ Tiene delito !! Mi marido me suele contestar: con más de 700 entradas en “Mi cocina” y me preguntas a mí.
Pues sí, me suele ocurrir, hay días que no fluyen las ideas, que la mente se cierra en banda y no te llega el menú adecuado, para unos invitados en concreto o inclusive para el día a día familiar.
La cocina básica, la tradicional es casi rutinaria, aunque no por ello aburrida y mucho menos cansada de comer; no dejo de preparar lo clásico de cuchara cada día, los primeros platos como yo les llamo: pucheros, potajes, cazuelas de pescados, emblanco, gazpachuelo, arroces....pero es en los segundos y las cenas donde me gusta variar continuamente y donde me surgen las dudas.
Las comidas las hago a razón no sólo de lo que encuentro en la plaza cada día, por ejemplo los domingos y los lunes no hay pescado, hay que tener en cuenta las verduras y frutas de temporadas, con las carnes no hay problema (es lo único que suelo congelar), por lo que pensar en el menú, comprarlo y cocinarlo es una ardua tarea que deben valorar los que no suelen cocinar en casa y disfrutan de los resultados.
Yo tengo la gran suerte de que mi familia y nuestros amigos que comen lo que cocino son muy, pero que muy agradecidos; por ello la cocina deja de ser para mi un trabajo diariO para convertirse en una maravillosa “rutina” que aderezo con una foto aunque rápida y en algunos casos poco agraciada y le pongo "la guinda" de subirla al blog, con el que aún seguimos disfrutando mi familia y yo del placer de cocinar; en definitiva la cocina es compartir y yo lo hago con quienes me visitan real y virtualmente, con muchisimo gusto y placer.
Cuando no estoy “inspirada” y no tengo la oportunidad de ver otros blogs de gastronomía por los que me guío y de los que aprendo, me gusta ojear mis libros de recetas de cocina, que todo sea dicho de paso van creciendo en número y por supuesto mis antiguas y amarillentas revistas que guardo con especial cuidado, de los años 80 y 90, que recibía gratuitamente en mi trabajo.
Una de ellas “Mi familia y yo” contaba con unas estupendas recetas, buena fotografía y estupendos consejos.
En el nº 34, de Noviembre de 1992 copié éste pastel de salmón.
¿Como lo hice?
Cantidades: 1 kg.de acelgas, 3 huevos, l bote pequeño de nata (crema de leche) (usé President), mantequilla, dos zanahorias grandes, un paquete de salmón ahumado, sal y pimienta.
Escaldar (meterlas en agua durante un minuto) en agua hirviendo las hojas de acelga más grandes , escurrirlar y forrar con ellas un molde previamente untado con mantequilla.
En el mismo cazo cocer las acelgas salándolas al gusto durante diez minutos aproximadamente.
Escurrir bien.
Mientras cocer las zanahorias, una vez peladas y cortadas en rodajas, durante quince minutos aproximadamente, escurrir y reservar.
En el vaso de la batidora echar las acelgas, los tres huevos y la nata (crema de leche) y salpimentar, hasta obtener una crema.
Verter la mitad de la crema en el molde, colocar los filetes de salmón, el resto de la crema y por último las rodajas de zanahorias.
Meter el molde en una cacerola plana llena de agua, procurando que no llegue al filo del molde y llevar a ebullición, dejándolo cocer al baño maria, durante unos 50 minutos.
Desmoldar y en frío
¡¡ Buen provecho !!