Estos pastelitos son un complemento ideal para acompañar a platos de carne o pescado. Ligeros y deliciosos suelen gustar mucho a los niños y son una buena manera de introducir verduras en su dieta. Seguro que a todos os encantarán.
Ingredientes:
500 gr de patatas harinosas
25 gr de mantequilla
2 puerros muy picados
2 dientes de ajo machacados
2 huevos batidos
75 gr de Gruyere rallado
125 gr de nata (crema de leche) líquida
3 cucharadas de perejil picado
sal y pimienta negra molida
unas ramitas de perejil
Para la salsa:
25 gr de mantequilla
3 chalotas muy picadas
100 ml de vino blanco
1 cucharadita de mostaza
200 ml de nata (crema de leche) para montar
sal y pimienta negra molida
Preparación:
Hervimos la patatas sin pelar unos 20 minutos, hasta que estén blandas. Las escurrimos bien, dejamos que se enfríen un poco, las pelamos y hacemos puré.
Derretimos la mantequilla en una sartén y rehogamos los puerros y los ajos hasta que estén tiernos. Añadimos las patatas, apartamos del fuego e incorporamos los huevos, el queso rallado, la nata (crema de leche) y el perejil. Mezclamos todo bien y condimentamos al gusto.
Engrasamos y forramos el fondo de 8 cazuelitas (tacitas, flaneras, etc.) y repartimos la mezcla entre ellas. Horneamos unos 20 minutos en el horno precalentado a 200ºC, hasta que estén dorados.
Para la salsa derretimos la mantequilla en un cazo y rehogamos las chalotas hasta que estén muy tiernas (10 minutos como mínimo).
Regamos con el vino, esperamos a que hierva, tapamos, reducimos a temperatura media y dejamos hacer hasta que el líquido se reduzca a la mitad.
Añadimos la mostaza, la nata (crema de leche) y salpimentamos. En cuanto vuelva a hervir apartamos del fuego.
Servimos los pastelitos calientes con la salsa y los adornamos con el perejil.
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