La receta de hoy es un clásico de la gastronomía española, concretamente de la zona de Castilla y León. En mi caso, se trata de una elaboración con tintes burgaleses y sobre todo, una receta un poco amoldada a los gustos de la familia. Os presento mi versión de las sopas de ajo o sopa castellana.
Indudablemente se trata de un plato de origen humilde. Sus ingredientes son escasos y la receta tiene bastantes variantes, lo cual implica ese carácter popular de la elaboración, donde al final se echaba en el caldero cualquier cosa que hubiera por casa y encima se aprovechaba el pan duro.
No obstante, uno de los ingredientes esenciales que nunca puede faltar en esta receta es el pimentón de la Vera. Sin él, este plato no sabe igual. Además, os recomiendo comprar pimentón de la Vera, ningún otro pimentón que haya en el mercado, el único que vale es el de la Vera.
Además, vais a comprobar que la elaboración de esta receta no es simple, es sencillísima. No he visto receta más fácil en toda mi vida, ¡jajajaja! Así que allá vamos receteras y receteros, comenzamos con este clásico de la cocina española.
INGREDIENTES:
4 dientes de ajo.
Aceite.
Sal.
Una cucharadita de pimentón de la Vera.
Agua.
Pan (atrasado).
*En mi caso también aproveché y eché un poco de chorizo, pero este ingrediente es como un bonus.
1º. En una cazuela ponemos aceite y echamos en él los ajitos cortados y vamos cocinándolos, sin que lleguen a dorarse (si vais echar chorizo como yo, en este momento también debéis verter las rodajas de chorizo). A continuación, introducimos el pan cortados en trozos y vamos removiendo.
2º. Luego llega el momento de la sal, del pimentón de la Vera y del litro de agua. Damos bien vueltas y lo dejamos al fuego hasta que empiece hervir, momento en el que taparemos la cazuela y bajaremos el fuego. Dejaremos que se cocine durante unos 10 o 15 minutos. Veréis como, poco a poco, el pan se va reblandeciendo, se va deshaciendo y la sopa va acogiendo una textura más densa.
3º. Finalmente, en mi casa esta sopa se mete al horno. A una temperatura de 170º por arriba y por abajo, durante unos 10 o 15 minutos. De tal forma que se crea como una capita o una telilla crujiente al principio, riquísima. Es como una especie de gratinado, pero sin queso.
Como veis el resultado es espectacular y, en realidad, podéis echar en la sopa lo que os de la gana, porque a estas sopas de ajo o sopa castellana cualquier ingrediente le hace saber mucho más rico. Además, es que no tiene ningún tipo de complicación.
En mi casa es de los platos que más nos gustan y encima, en día lluviosos como los que tenemos hoy apetece. A esto hay que añadirle que la sopa, de un día para otro, está más rica y si veis que el caldo se consume, la podéis revivir echando un poco más de agua, volviéndola a calentar y listo.