En la receta de hoy vamos a ver cómo preparar una deliciosa tarta de queso y chocolate blanco sin azúcar. Bueno, decir que está deliciosa es decir poco… Mirad, mirad
Estoy súper contenta con cómo ha quedado. Usamos un bizcocho como base de la tarta, lo rellenaremos con crema de queso y chocolate blanco, y lo cubriremos con chocolate fundido. Decoramos con frutos rojos, y no me diréis que no es una tarta sencilla, fácil de preparar y súper elegante para sorprender a nuestros invitados. Tiene una textura impresionante y una combinación de sabores increíblemente buena.
En esta receta no os daré la del bizcocho de la base para que no sea muy largo de explicar, pero podéis hacer el que más os guste. Si queréis un bizcocho ideal para la base sin azúcar, os recomiendo que hagáis el bizcocho de mi riquísima Mona de Pascua Es el que he hecho yo, solo que en lugar de en una horneada lo he hecho en tres porque corto fatal y no quería desgraciarlo. Vosotros tenéis dos opciones: o hacer un bizcocho normal, darle la vuelta para que se aplane, y luego cortarlo en tres trozos a lo horizontal, o hacer 3 bizochos más finos y ponerlos uno encima de otro.
Tardaréis unos 45-50min si no tenéis el bizcocho, y unos 40 min más si tenéis que hacerlo primero (lo digo porque a lo mejor lo tenéis hecho del día anterior).
Tened en cuenta que hay que respetar las raciones, y que al llevar chocolate las porciones que os doy son más que suficientes. Yo llevé un cuarto de la tarta al trabajo y dio para 6 personas, así que echad cuentas, en total da para 24 personas Eso sí, hubo quien se quedó con las ganas de comerse la tarta entera de lo rica que estaba (sobre todo mi compañera Alejandra, que aún me llora para ver si le hago más tarta), ¡y nadie notó que no llevaba azúcar!
También la probó mi padre (el catador diabético oficial), entre otras personas, y por supuesto Alex dio buena cuenta de ella Vaya, que ha dado de sí la tarta. La hemos tenido 3 días en la nevera (que es lo que ha durado entre unos y otros), pero yo creo que hubiera aguantado perfectamente una semana.
Y sin más dilación, os dejo con la receta
Información Nutricional
Cada ración de 60gr de esta tarta de queso y chocolate blanco tiene:
225,43 kcal
9,3gr HC
Ingredientes:
1 bizcocho base (podéis usar el de la mona de Pascua), 500gr de queso de untar light, 200ml de nata (crema de leche) para montar baja en grasas (142%MG), 2 tabletas de chocolate blanco sin azúcar (100gr por tableta), Una cucharada de sucralosa o stevia (edulcorante al gusto)
Instrucciones:
Lo primero es tener el bizcocho listo, un bizcocho redondo, sin azúcar, y cortado en tres láminas horizontales. Si no lo tenéis, podéis hacer el de la mona de Pascua (os he dejado el enlace en la presentación de la receta, arriba).
Fundimos una de las tabletas de chocolate blanco en un cazo a fuego lento, con un poco de agua y sin parar de remover, para evitar que se queme, ya que el chocolate blanco se quema muy fácilmente. Reservamos fuera del fuego, para que se enfríe un poco.
En un bol, batimos el queso frío con unas varillas eléctricas, para montarlo. Añadimos el chocolate blanco, y volvemos a batir hasta conseguir una masa cremosa y homogénea.
En otro bol, montamos la nata (crema de leche) bien fría (mejor también con las varillas eléctricas). Yo soy muy valiente y la suelo montar a mano, pero esta vez he sido práctica y he usado las varillas eléctricas.
Añadimos la nata montada (crema de leche) al bol del queso, y la integramos con una espátula y movimientos envolventes, para que no se baje, desde fuera del bol hacia dentro.
Ahora montaremos la tarta. Para evitar que el bizcocho esté seco, lo mojamos con un pincel y un almíbar que podemos hacer con agua y un poco de cualquier mermelada (mezclando y al micro unos segundos).
Ponemos la crema encima de la primera capa para hacer el relleno (la mitad de la crema), ponemos encima otro disco de bizcocho, luego la crema que nos queda, y finalmente el último disco. Si os gusta que queden los bordes un poco tapados, como a mí, podéis extender la crema con la espátula por la pared exterior, los bordes.
Fundimos la otra tableta de chocolate blanco, como la otra, y vertemos por encima de la tarta, extendiendo con cuidado con una espátula. Para evitar que se desprenda el bizcocho o queden trocitos de bizcocho en el chocolate, quitad primero con la mano las miguitas que haya sueltas. Como veréis, los bordes no los cubro, sólo dejo que caiga (así ahorramos unas cuantas calorías).
Mientras sigue líquido el chocolate, podemos poner frutos secos encima, presionando un poco para que se queden pegados. Yo he puesto grosellas, pero también le quedan bien las frambuesas, arándanos, moras... Además, he hecho un coulis de frambuesa (opcional), con frambuesas trituradas, un pelín de agua, y un poco de gelatina neutra, para hacer las rayas rojas que veis decorando. Dejamos enfriar en la nevera una horita, y ya está, ¡ya tenemos nuestra tarta! Mirad qué pinta tiene por dentro...
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