Ya estamos de vuelta. Si nos seguís por las redes sociales ya sabréis que me he escapado unos días a Turín. Hoy os cuento mi experiencia y os invito a dar un paseo por esta bonita ciudad del norte de Italia ¿Me acompañáis?.
Ha sido un viaje de 4 días, tres de los cuales estuvimos en Turín y uno lo aprovechamos para visitar Milán (esta visita os la cuento en un próximo post).
Turín, capital del Piamonte, situada en las laderas de los Alpes y dividida por el río Po. Una ciudad con un gran patrimonio cultural, con numerosos museos, palacios, plazas, parques y restaurantes. Como dicen muchos la gran desconocida de Italia, una ciudad preciosa y con encanto que seguro que te sorprenderá.
Y ahora sí, después de esta pequeña introducción empezamos nuestro paseo por Turín.
Esta vez nos decidimos por alquilar un piso en el centro de Turín, por airbnb. La verdad era la primera vez que alquilábamos un piso como alojamiento en un viaje, pero la experiencia ha sido buenísima. Seguro que repetimos porque aunque esta vez he ido sin los peques, me ha parecido una muy buena opción para viajar con niños.
El piso estaba en una zona muy céntrica, una zona de restaurantes y tiendas y muy cerca de muchos de los puntos de interés turísticos, por lo que pudimos ir andando a la mayoría de sitios.
Era un piso amplio, bonito, muy limpio y con todas las comodidades para sentirte como en casa. Además al ser un ático tenia unas vistas preciosas de la Piazza Savoia. A parte de ser un piso muy acogedor Federica, la dueña del piso fue una anfitriona genial, nos estaba esperando en el piso cuando llegamos, nos explicó a la perfección que podíamos visitar, nos tenía ya preparado un mapa de la ciudad. Y nos envío varios mensajes durante nuestra estanca para saber si teníamos algún problema y si necesitábamos alguna cosa. Así que si volvemos algún día a Turín seguro que repetiremos alojamiento.
El primer día llegamos a la hora de comer, la verdad no nos costó nada encontrar el piso, el problema fue que su hora de comer no es la nuestra. Así que sobre las tres y media cuando ya habíamos dejado el equipaje en el piso y nos dispusimos a comer no encontramos nada abierto. Yo llevaba varios restaurantes sin gluten apuntados, había uno a pocos metros de casa, pero ya estaba cerrado, así que acabamos comiendo en un bar, una ensalada y unos embutidos. Lo bueno de Italia o al menos de los lugares que yo he visitado es que aunque no tengan menú especial para celíacos, no te miran raro cuando les dices: senza Glutine.
Después de comer y con un calor de infarto, empezamos nuestra ruta por la ciudad. A pocos metros de casa y de donde habíamos comido se encontraba El Duomo de Turín, así que la catedral fue nuestra primera visita.
El origen de la Catedral de Turín data entre los años 1491-1498, una construcción que duró casi una década. Es la principal Iglesia Católica de Turín y esta dedicada a San Juan Bautista. Peor lo que hace especial el Duomo de Turín no es su exterior, sino lo que guarda en su interior y es que esconde lo que para muchos es un tesoro muy valioso, la Sabana Santa, con lo que se dice que fue envuelto el cuerpo de Jesucristo.
Justo al lado de la catedral se encuentra la Puerta Palatina que era una de las puertas de acceso de la antigua ciudad romana Lulia Augusta Taurinorum (actual Turín)
La tarde la dedicamos a pasear y a disfrutar del ambiente festivo que se respiraba. san Juan es el patrón de Turín, por lo que durante los días 23 y 24 de Junio se celebran varios eventos dedicados al patrón de la ciudad. Mientras paseábamos por Vía Garibaldi nos encontramos por sorpresa con un desfile de vestidos de época. Esta es una de las tradiciones que se celebran cada año el día 23 de Junio en Turín.
Nuestro paseo nos llevo hasta la Piazza Castello, donde se encuentra el Palacio Real y donde pudimos seguir disfrutando de un gran ambiente festivo. En esta plaza por la noche se quemaba la hoguera de San Juan.
Nuestro paseo siguió por las calles de alrededor de la Piazza Castello hasta el río Dora. Para acabar el día nos fuimos a disfrutar de un vermut. A las 7 de la tarde empieza el aperitivo, depende del local pero, normalmente suele durar hasta las 8.30 o 9 de la noche, pagas unos 10 euros por la bebida y tienes barra libre en la comida. El vermut es muy típico en Turín y lo que muchos no saben y yo tampoco sabia hasta poco antes de viajar es que el vermut se inventó en Turín. Tengo que decir que aunque nos apuntamos al vermut cada día, no hicimos el aperitivo tal y como es tradición por miedo a la contaminación cruzada, ya que al ser barra libre la comida estaba al alcance de todo el mundo.
Y este fue nuestro primer día en Turín. Para que no se hagan muy largas las entradas dividiré el viaje en tres post. Espero que os esté gustando este pequeño paseo y que os sea útil si tenéis pensado viajar a Turín. Una ciudad que nos ha sorprendido y un viaje que realmente recomiendo.
Un abrazo Y feliz semana.