En estos tiempos de aislamiento por el coronavirus, cocinar puede ser una buena terapia para comer mejor, para tener la mente ocupada, para hacer menos interminable la jornada y para poner también a todos los miembros de la familia a echar una mano en la cocina.
También es un buen momento para probar a hacer recetas que nunca habíamos hecho antes, pero que nuestras madres y abuelas preparaban para alimentar a sus familias.
Con esta idea en mente, pregunté a mi murciano favorito Sergio Fernández, la receta del Zarangollo, nombre raro, feúcho, pero que responde a una cocina tradicional murciana con productos de la huerta muy sabroso y que alimenta una barbaridad.
Sergio me pasó la receta que elabora su madre, Loles Palazón, y tengo que deciros que sale exquisito. En casa les ha encantado y ya se ha convertido en una receta a añadir a las fijas para hacer semanalmente. ¡Mil gracias Loles y Sergio!
Se puede acompañar de una ensalada (si es también murciana, pues mejor) y así es una buena comida llena de color y sabor.
Para 4-6 personas:
3 calabacines
1 cebolla blanca
1 cebolleta
3 patatas
4 huevos
aceite de oliva virgen extra
sal y pimientaSe comienza picando las cebollas en juliana (tiras largas) y se pochan despacio hasta que se ablanden en 6 cucharadas de aceite.
Se pelan y se cortan los calabacines en rodajas finas y se añaden a las cebollas blanditas:
Se deja que se cocinen a fuego no muy alto durante unos 30 minutos. Mientras tanto se van pelando y cortando las patatas, también en rodajas como el calabacín, se pone aceite a calentar en otra sartén y se fríen las patatas:
Cuando estén ya fritas se escurren del aceite y se ponen en un plato sobre un papel de cocina, para que absorba el exceso de grasa. Se añaden a la sartén del calabacín y la cebolla y se rectifica de sal si es necesario:
Por último, se cascan los huevos enteros en la sartén y se remueve todo junto hasta que vayan cuajando los huevos:
Se sirve recién hecho, muy calentito:
Ya veréis qué rico está el zarangollo, animaos a hacerlo y me decís!