Del cocido que hice, no quedó ni un ingrediente que no aprovechara. Esta vez lo que más quedo en la olla fue la carne de garreta de ternera. Y que mejor manera que aprovecharla que con unas croquetas. Pues dicho y hecho.
Ingredientes (30 croquetas de mi tamaño).
250 gr. de garreta cocida
media cebolla
90 gr. aceite o mantequilla (a elegir)
200 gr. de harina
800 gr. de leche
sal
nuez moscada
Preparación:
1.- En el vaso de la thermomix echamos la garreta y trituramos 10 segundos, velocidad 5. Si vemos que no está bien picada, le damos un golpe de turbo de un minuto. Reservamos la picada en un bol.
2.- Ahora incluimos la cebolla y la picamos 5 segundos a velocidad 5.
3.- Añadimos el aceite y programamos 8 minutos, 100º, velocidad 2.
4.- Echamos la harina y la mitad de la picada de ternera y programamos 4 minutos, 100º, velocidad 2.
5.- Terminado el tiempo añadimos la leche, la nuez moscada y la sal y mezclamos 10 segundos, velocidad 6 y volvemos a programar 7 minutos, temperatura varoma, velocidad 4.
6.- Terminada la bechamel añadimos el resto de la picada y mezclamos con la espátula. Vertemos la masa en un recipiente con tapa y dejamos enfriar.
7.- Una vez frías les podemos dar forma, para después rebozar en huevo y pan rallado y freír en una sartén con abundante aceite o en freidora. Una vez hechas, no os olvidéis ponerlas en un plato o bandeja con papel de cocina, para que absorba el aceite que sueltan y no queden aceitosas.
Para darles forma yo sigo el método de mi madre de hacerlo con un tenedor y cuchara, pero también podéis meter la masa en una manga pastelera y hacer hileras, que podéis cortar con un tenedor y saldrán las porciones todas iguales. Así lo haré la próxima vez, porque iré más rápido. También se que en táper hay un accesorio que las hace. Como veáis.
Si no tenéis tiempo para darles forma en el momento, podéis dejar la masa en la nevera y hacerlo al día siguiente o cuando podáis.
También os aconsejo congelar las unidades que no vayáis a freir. Yo las meto en táperes ya rebozadas y me viene de lujo sacarlas cuando alguna comida se me queda corta o incluso para apañar alguna cena. Eso si, hay que acordarse de descongelarlas a tiempo.