Esta ensalada está riquísima, se puede consumir fría o templada y, lo mejor de todo, es que la preparamos en un plisplás.
Puedes dejar las judías cocidas con antelación, o en un momento de aprieto, podemos usar las que ya vienen cocidas y en conserva.
A mi me gusta preparar por la mañana temprano o la noche anterior, para que, al dejar enfriar, maceren todos los ingredientes y se empapen del sabor del resto. Pero también es cierto que podemos preparar sobre la marcha y consumir directamente. Si la prefieres templada, pondremos las judías a calentar o según las sacamos de cocer emplatamos y servimos, todo esto es a gusto del consumidor.
Al ser un plato tan completo, nutricionalmente hablando, lo tomaremos como plato único, por lo que también nos sirve para llevar en el táper al trabajo o de excursión a pasar el día fuera de casa.
Los ingredientes que vamos a necesitar son de lo más sencillo:
Judías blancas cocidas
Tomate
Pimiento verde
Cebolla
Bacalao desmigado
Sal
Pimienta
Aove
Vinagre
Elaboración:
Lo primero que haremos será cocer las judías blancas, ya sabéis que tenemos la opción de usar las que vienen ya cocidas, en conserva. Cuando estén listas las escurrimos y dejamos templar.
Picamos el tomate, el pimiento verde y la cebolla. Reservamos.
Ponemos en un bol las judías blancas escurridas, el tomate picado, el pimiento verde y la cebolla, mezclamos muy bien.
A continuación añadimos unos trocitos de bacalao desmigado (al punto de sal), si es necesario lo habremos desalado previamente.
Ya sólo nos falta aliñar con un poco de sal (no mucha porque el bacalao da un toque de sal), pimienta, el aceite y un chorrete de vinagre.
Así ya tenemos lista para servir esta deliciosa, refrescante y nutritiva ensalada. Si no la vamos a consumir enseguida, la guardamos en la nevera hasta el momento de servir.
Que lo disfrutéis Cocinitas!! Hasta la próxima!!