Se acerca el día de los enamorados y, aunque no es una fiesta que yo celebre, voy a aprovechar este post para reivindicar las cenas románticas en casa. ¿El motivo? Qué más da, una semana dura, que no habéis pasado mucho tiempo juntos o lo que se os ocurra en el momento.
En mi opinión nada expresa mejor lo que te importa una persona como dedicar tu tiempo y esfuerzo en arrancarle una sonrisa. Y si es con algo que has hecho con tus propias manos, que os voy a contar... eso es amor del bueno.
Pero la verdad es que la vida no es como en las películas y aunque te encantaría poder cocinar un plato buenísimo copa de vino en mano, con vestido y tacones y sin que el calor del horno haga que te sude todo, la realidad es que llegas a casa in extremis porque justo ese día sales tarde del trabajo, paras en el super porque por supuesto se te han olvidado la mitad de los ingredientes, te metes en la cocina en chandal y con una coleta mal puesta y preparas un plato lo mejor que puedes en esas condiciones. Y no pasa nada, porque lo importante, como suelen decir, es participar.
Pues como mi vida es básicamente un ir corriendo de un lado a otro, me he hecho experta en los platos normales pero románticos. Como este pastel, que no puede ser más sencillo pero que está muy bueno y además tiene como efecto secundario que te coman a besos. ¡Comprobado!
¿Qué necesito?
2 placas de hojaldre
200 gr de jamón cocido
100 gr de queso de cabra en rulo
100 gr de mozzarella rallada
50 gr de aceitunas negras
5 pimientos del piquillo
1 huevo ¿Cómo lo hago?
Directamente sobre la bandeja del horno cubierta de papel de hornear, extendemos una de las placas de hojaldre y sobre ella las lonchas de jamón cocido hasta que cubran toda la superficie. Encima espolvoreamos la mozzarella rallada, que le dará más jugosidad, el queso de cabra, las aceitunas negras cortadas en rodajas y los pimientos del piquillo troceados.
Para hacer la decoración de corazones, hemos colocado algunos trozos más grandes de pimiento en la zona donde vamos a cortar la masa.
Precalentamos el horno a 180º.
Por otro lado, extendemos la otra placa de hojaldre y, con ayuda de unas formas para galletas, cortamos la masa y la colocamos con cuidado encima del pastel. Podemos usar la masa que hemos recortado para decorar la tarta también y así no tiramos nada
Cerramos los laterales trenzando los bordes.
Por último pintamos el hojaldre con un huevo batido y un pincel de cocina. Pinchamos con un tenedor para que se ventile.
Horneamos durante unos 30 minutos o hasta que el hojaldre esté dorado.