Bueno, pues Raúl y Mayte tienen un reto mensual al que llaman Rústica con Botas, y desde hace unos meses invitan a un blog a participar con ellos y a elegir los ingredientes para la receta del reto.
En el último reto antes del verano, allá por Junio, fue Natalia de Con Harina en mis Zapatos la invitada y desde aquí tengo que mandarle un abrazo para agradecerle haber propuesto a Xabi Likes Chocolate para este mes, sabiendo que estaba pasando un momento especialmente difícil. Estos mundos virtuales, están llenos de gratas sorpresas.
Bueno, pues al grano….
Para Rústica con Botas, los ingredientes que he elegido son:
Ingredientes Principales: pollo o pavo, boniato o calabaza, queso
Ingredientes Abiertos (que no juegan un papel determinante en la receta): trigo, salvia, tomillo, nata (crema de leche)
Así que inspirandome en este mes de Octubre que hoy comienza, he pensado en preparar esta receta super-reconfortante, que recuerda claramente al Otoño y ya de paso, doy por inaugurada la temporada de Pies y utilizo la primera calabaza que ha salido de mi huerta.
Este Pastel de Pollo y Calabaza es lo que los anglosajones llaman, Pot Pie. A diferencia de otros pasteles que ya hemos probado como este de Pollo y Champiñones, o este de Manzana, este Pie lleva masa quebrada únicamente en la parte superior. Si lo servimos como en la foto, en recipiente individuales, lo comeremos directamente del recipiente. Si por el contrario prefieres preparar un único Pie, más grande, nos serviremos una porción en un plato. Su aspecto será algo más desaliñado pero igual de delicioso. No sé a tí, pero pocas cosas me resultan más apetecibles en estos momentos.
Pastel de Pollo, Calabaza y Queso Idiazabal
INGREDIENTES para 4 raciones grandes
Para la masa quebrada ( si lo prefieres puedes comprarla ya lista para hornear)
160 gr de harina blanca
120 gr de mantequilla troceada en cubos o similar
una pizca de sal
50 ml de agua fría
Para el relleno
1 cebolla roja
4 dientes de ajo
3 cucharadas de aceite de oliva
6 muslos y contra-muslos de pollo deshuesados y troceados
sal
pimienta
2 cucharadas de harina
450 gr de calabaza pelada y cortada en dados (yo utilicé la variedad cacahuete o butternut, como la de la foto)
1 cucharadita de salvia (seca)
1 cucharadita de tomillo (seco)
400 ml de caldo de pollo
60 ml de nata (crema de leche) espesa
150 gr de queso idiazábal rallado (ahumado o natural – yo usé natural)
Para acabar
1 huevo (para pincelar la masa)
un poco de agua
UTENSILIOS
1 Recipiente amplio
1 Rodillo
Recipientes aptos para el horno (yo utilicé 4 como los de la foto pero las cantidades variarán ligeramente dependiendo de la profundidad y del diametro del molde).
1 Cazuela
Pincel de cocina
ELABORACIÓN
Para la masa quebrada
Coloca la harina, la mantequilla, la sal y el agua muy fría en un recipiente amplio. Utilizando las manos, mezcla los ingredientes hasta lograr una consistencia arenosa e irregular. Ten cuidado de no manipular la masa en exceso. No nos interesa que se derrita la mantequilla, con una par de minutos con las yemas de los dedos bastará.
Añade el agua bien fría y mézclalo hasta formar una bola compacta. Envuélvela en film. Aplánala ligeramente con un rodillo y refrigérala durante al menos 30 minutos aunque también puedes dejarla en el frigorífico durante toda la noche sin problemas.
Antes de comenzar con el relleno del pastel, retira la masa preparada del frigorífico.
Colócala sobre tu superficie de trabajo ligeramente enharinada y con un rodillo, estira la masa. Coloca uno de los recipientes que vayas a utilizar boca abajo sobre la masa estirada y con la ayuda de un corta pizzas, recorta la masa dejando suficiente margen para que cubra con total comodidad la superficie del molde. Hay que tener en cuenta que después de estirada, la masa suele encoger ligeramente.
Espolvorea cada lámina individual de masa con un poco de harina, envuélvelas con film y vuelve a introducirlas en el frigorífico. Las utilizaremos más adelante.
Para el relleno
En una cazuela con aceite de oliva, rehoga suavemente la cebolla y el ajo. Reserva en un plato.
Salpimienta el pollo, rebózalo ligeramente en harina y cocínalo con el aceite restante a fuego medio-alto para sellar la carne rápidamente.
Incorpora la cebolla y el ajo que habías reservado y añade la calabaza cortada en cubos, la salvia, el tomillo y el caldo de pollo. Cocina durante 5 minutos.
Añade el queso idiazábal rallado y la nata (crema de leche) espesa.
Reparte el relleno equitativamente en los moldes que vas a utilizar y deja enfriar.
Precalienta el horno a 200 grados.
Una vez frío el relleno, humedece ligeramente los bordes y los laterales superiores de los moldes y tapa con las laminas de masa quebrada que habíamos reservado en el frigorífico.
Para acabar
Sella las tapas de masa quebrada pegandolas bien al borde de cada molde y retira con un corta pizzas los trozos sobrantes (si los hay). Pincélalas con un poco de huevo batido.
Con un cuchillo, haz un pequeño corte o agujero en la parte central de la lámina de masa quebrada para que el vapor de la cocción pueda escapar.
Hornea los pasteles durante 25 minutos o hasta que la masa esté dorada.
Y ahora voy corriendo a ver lo que han preparado Rústica y El Oso.
NOTAS y CURIOSIDADES
Lo ideal es siempre hornear la tapa de masa quebrada al mismo tiempo que el relleno. Así los vapores de cocción del relleno se impregnarán en la masa quebrada.
Puedes acompañar estos Pies con verduras al vapor, por ejemplo.
FUENTE
Esta receta es una versión de una que aparece en este libro.