Los pimientos del piquillo son un ingrediente bastante recurrente. Dan mucho juego y colorido a los platos y su sabor es buen compañero de una gran parte de los ingredientes habituales de las cocinas caseras. En salsas, ensaladas, como guarnición o como absolutos protagonistas, un menú con piquillos no suele fallar porque gusta a la mayoría de comensales a no ser que salgan picantones y entonces topemos con los que detestan las emociones fuertes, jeje.
Cuando van solos, es habitual encontrar un sin fin de rellenos, desde carne o morcilla a los más habituales, como el bacalao. El pimiento del piquillo relleno es un pincho típico de Donosti y por eso aquí traemos una receta basada en unos de sus cocineros más afamados, Karlos Arguiñano, recogida de su libro 100 menús de temporada.
Mi ejemplar del libro va cumpliendo ya los 16 añitos y creo que esta tapa fue una de las primeras que preparé cuando llegó el libro a casa de mi madre, mi casa entonces. Desde entonces, la he repetido en una multitud de ocasiones sin hacerle grandes variaciones, que tampoco es necesario experimentar con lo que está bueno ya de por sí. Yo la suelo hacer para los eventos habituales del año donde organizamos cenas y comidas familiares y suele tener bastante éxito como entrante. ¿Os animáis para la cenita de San Valentín? No son muy complicados así que si no cae ese día, os podéis poner manos a la obra en cualquier otra ocasión, incluso para alegrar la cena de un triste lunes, jeje.
Vamos a ello, necesitaremos:
Para la salsa de pimientos:
4 pimientos verdes de freír.
2 cebolletas.
Caldo de verduras.
Para los pimientos rellenos:
Una lata o un bote de pimientos del piquillo. Salén de 8 a 10 pimientos aproximadamente.
Tres filetes de bacalao congelados en su punto de sal.
Dos cucharadas de harina.
Tres dientes de ajo.
Perejil.
Leche.
¿Habéis cogido el mandil?
Vamos a empezar por la salsa de pimientos que sorprende por estar tan buena siendo tan sencilla. Lo que haremos será cortar en juliana los pimientos y la cebolleta y sofreírlos. Cuando estén sofritos le incorporamos un vasito de caldo de verduras y dejamos reducir unos cinco minutos tras lo cual batiremos el resultado, probando y rectificando de sal. Ya tenemos nuestra salsa. Reservamos para emplatarla como cama de los pimientos rellenos.
Nos ocupamos ahora de los pimientos del piquillo. Comenzamos picando tres dientes de ajo que sofreímos en la sartén. Cuando estén doraditos le incorporamos el perejil y el bacalao que hemos descongelado y desmigado anteriormente. Sofreímos un rato hasta que se evapore todo el agua que suelen soltar.
Para obtener una mezcla espesita, echaremos en este punto un par de cucharadas de harina y removeremos un momento para que no se queme. Le añadimos un chorreoncito generoso de leche y removemos a fuego lento hasta que espese un poco.
Finalmente, rellenamos con el bacalao los pimientos del piquillo, emplatamos y metemos en el horno unos cinco minutos a 160 grados.
Para mí, como os he dicho, es un plato recurrente porque siempre que lo he preparado ha gustado bastante y no suele sobrar. ¿Os apetece?