Estamos ante un pez plano, que aparece en los mares europeos, Mediterraneo, Cantábrico, Atlántico, Mar del Norte y Mar Negro. En cuanto a sus características nutricionales estamos ante un pescado semigraso, apto en cualquier dieta hipocalórica (si no le añadimos grasas con las salsas) y muy rico en potasio y fósforo. El fósforo es fundamental para la osificación del hueso.
Pose una característica muy importante desde el punto de vista de la cocina y es la cantidad de gelatina que pose en sus espinas y piel, por lo que es ideal para dar cuerpo a as salsas que o acompañen, pero esto lo dejamos para otra receta.
INGREDIENTES.
1 Filete de rodaballo por comensal.
Patatas.
Sal negra en escamas.
Pimentón.
Aceite de Oliva Virgen Extra.
ELABORACION.
Le pedimos al pescadero que nos saque los filetes del rodaballo y nos conserve las espinas y la cabeza. Las espinas las hervimos 5 minutos con un poco de sal. Colamos el caldo y cocemos en el las patatas peladas y cortadas en trozos.
Si el rodaballo es grande y no tenemos niños podemos hacerlo en rodajas, pero con niños los filetes son geniales, porque si el pescadero nos lo prepara bien, están libres de espinas al 100%.
Lo mejor es hacerlo a la brasa, pero como en casa no tengo lo preparo a la plancha, primero por el lado de la piel y luego un minutillo por el otro lado. Para sustituir el sabor de la brasa hay una sal negra en escamas que le aporta un sabor muy rico, es muy fácil de encontrar en casi cualquier súper.
Ya solo nos queda escurrir las patatas, reservando el caldo. Para preparar el puré lo podemos pasar por la batidora pero a mi me gusta mas hacerlo a tenedor, añadiendo poco a poco el caldo hasta lograr la textura deseada.
Una vez listo el puré montamos el plato, espolvoreamos con pimentón y un buen chorro de AOVE y a disfrutar. "¡y qué angustia hasta que se cumpla!". Lucas 12,50