Un plato con sabor mediterráneo que huele a verano.
Ingredientes para 2 raciones:
4 trozos de lomo de bacalao desalado
1/2 pimiento rojo
1 pimiento verde tipo italiano
1/2 calabacín
1 cebolla mediana
4 tomates maduros
1 diente de ajo
1/2 vaso de vino blanco
Aceite de oliva virgen extra
Sal, pimienta negra y pimentón rojo dulce o picante, al gusto
Elaboración:
Lavar y cortar los pimientos y el calabacín con piel, a dados de tamaño similar. Pelar y picar el ajo y rallar los tomates. Reservarlo todo.
Pelar y picar la cebolla y sofreírla en una cazuela con un poco de aceite, a fuego medio. Podemos añadir ahora la sal y esa será toda la que lleve este plato, puesto que el bacalao ya la tiene.
Cuando la cebolla empiece a estar transparente, añadir los pimientos y el calabacín y seguir cocinando unos 3, a fuego medio.
Añadir el ajo picado, la pimienta y una cucharadita de pimentón, remover para que éste no se queme.
Inmediatamente, añadir el tomate, tapar y cocinar 3 más, a fuego lento.
Verter el vino, subir el fuego y dejar que se evapore el alcohol.
Incorporar los trozos de bacalao, cara abajo, y seguir cocinando durante 3 ó 4, dependiendo del grosor, a fuego medio. Darles la vuelta y cocinar un par de minutos más.
Como veis, me salto la fritura previa que suele hacerse del bacalao. Con un mínimo de aceite, nada de harina, en su punto y totalmente integrado con las hortalizas. En cuanto a la samfaina, como en toda receta clásica, podemos encontrar tantas variedades como zonas, regiones o casas. De modo que también puede llevar berenjena en vez de calabacín, o ambos a la vez. Es parecida al pisto, que incluso puede ser sólo de pimientos. Parienta también del ratatouille francés, en el que se cocina cada hortaliza por separado, para ajustar los diversos tiempos de cocción (mais oui!) Sin olvidar el pisto de mi abuela, que llevaba de TODO y además patata. El vino lo pongo porque le da un toquecillo. Se acompaña muy bien con arroz al vapor.