Hoy es 22 de Noviembre, día de Santa Cecilia, la patrona de los músicos, y por eso la recetilla de este post va dedicada a todos ellos, especialmente a los músicos “anónimos”, esos que no están en la lista de los 40 principales pero que, aún así, se lo curran a diario con mucho esfuerzo y con un entusiasmo a prueba de bomba. Esos que no saben ser otra cosa en la vida, pero que para ganarse “las lentejas” tienen que compaginar su pasión con otros oficios menos gratificantes pero más “alimenticios”.
Tengo la fortuna de conocer y disfrutar del talento de muchos de ellos y de convivir casi a diario con uno, y os aseguro que la vida al lado de un músico puede ser cualquier cosa menos aburrida.
Mi ánimo y mi admiración para ellos.
Y ahora a por la receta. Estos son los ingredientes:
– Un yogur natural
– Una medida de yogur de cacao puro desgrasado
– Dos medidas de yogur de azúcar
– Dos medidas de yogur de harina de repostería
– Una medida de yogur de aceite de girasol o de oliva suave
– Tres huevos
– 50 gr de pepitas de chocolate negro
– Un puñado generoso de nueces peladas
Comenzamos precalentando el horno a 170ºC y enmantequillamos el molde que vayamos a utilizar, lo espolvoreamos ligeramente con el cacao, sacudimos el sobrante y reservamos.
Molde con base desmontable de 24 cm
Separamos las yemas de las claras.
Montamos las claras a punto de nieve (si añadís una pizca de sal, lo harán más fácilmente).
Batimos las yemas con el azúcar y vamos añadiendo el yogur, el aceite, el cacao y la harina en ese orden y mezclando bien cada uno de los ingredientes.
Incorporamos las claras. Es importante mezclar de arriba abajo, con movimientos envolventes y con cuidado para que no se bajen con la crema. Añadimos las nueces picadas y las pepitas de chocolate a la mezcla.
Horneamos a 170ºC durante una media hora aprox.
Para comprobar que está listo pinchamos en el centro con un palillo, si sale limpio podemos sacar el bizcocho y dejarlo templar.
Decoramos, aún en caliente, con algunas nueces y azúcar moreno espolvoreado.
Y aquí tenéis el resultado…
Os dejo este regalo para el paladar y este otro para los oídos… espero que os guste
Dedicado a Carmen y Alberto, gracias por “endulzarme” la vida.