Es viernes, el sol brilla, el cielo tiene un azul espectacular, oigo los juegos de los niños en el patio de un colegio. La vida, la vida que no se para por nadie ni para nadie
En un día así, es una pena que las cosas se tuerzan para alguien
Con esto quiero decir que las cosas malas no solo ocurren en días lluviosos, de tormenta, con un cielo plomizo y con las calles vacías
Conocimos a nuestra protagonista escondiéndose en una vieja fábrica abandonada, huyendo de unos tipos peligrosos
Vimos cómo se salvaba de esa situación corriendo por los tejados, cayendo a plomo varios metros, rompiéndose casi todos los huesos de su cuerpo
Contra todo pronóstico, salvando la vida y conociendo a un hombre bueno que la ha protegido y ayudado a curar heridas físicas y también las que no son físicas, que duelen más
Ha recuperado a su familia y se ha alejado de un mundo sórdido y aparentemente sin salida
Está a un paso de convertirse en una persona normal
Pero aunque hoy brille el sol, no es oro todo lo que reluce
Su antigua vida se cuela en su vida actual
Un día de celebración. Después de tantos meses de tensión les apetece divertirse, beber y celebrar
Él vislumbra en ella el pasado, lo que fue. Una chica de la calle. A él no le gusta. Le dice que pare, ella no tiene amo y replica. Los dos han bebido demasiado
Los ánimos se caldean, nunca antes habían discutido
Habla la tensión pero también la verdad soterrada de lo que sienten cada uno
Él se cree con el derecho de hacerla callar, de recordarle de dónde viene. La hiere profundamente
Y cuando se siente herida, vuelve a ser la de antes, la que no quiere a nadie, la que se destruye alejándose
Así que le responde. Ella tiene más experiencia en hacer daño y le habla de su pasado. Le cuenta, le da detalles, se los escupe a la cara
Él no aguanta tanta humillación y sin pensárselo, le cruza la cara de una bofetada
El tiempo se congela para los dos
Vamos a parar nosotros también aquí. Solo un momento
Recuerden que les dije que no quiero defraudar a nadie. Ni a optimistas ni a pesimistas, pero unos saldrán perdiendo un poco más...
El día está precioso. Ese cielo azul, ese sol calentando lo justo...
Lo siento, pero no lo puedo hacer...
Han pasado demasiado hasta llegar aquí
Así que él la abraza, casi le vuelve a romper los huesos de nuevo en ese abrazo
Ella ya le ha perdonado
Lloran y prometen
No pueden caer en eso. No valdría la pena haber luchado tanto para caer así
Él, que ya no cree en las personas, que ha visto tanto horror, se agarra a ella fuerte
Ella, en la que nadie cree, ha vivido tanto horror, se sujeta fuerte a él
La bofeta queda en el olvido
Esta mujer parece un gato con siete vidas
¿Por cuál vamos?
NOTA: Cuarta y última parte del relato que acompaña la receta de PUDIN DE PLÁTANO Y CHOCOLATE
INGREDIENTES
600 g de sepia
250 g de fideos cabellín
600 ml de caldo de pescado o 600 ml de agua + pastilla de caldo de pescado
2 dientes de ajo
20 g de tomate concentrado
20 ml de aceite
ELABORACIÓN
Colocar los fideos en la bandeja del horno
Hornear hasta que tomen un color dorado
Picar los ajos
Cortar las sepias en anillas y estas anillas en trozos pequeños
Poner el aceite en la cubeta
Menú Cocina
Sofreír el ajo
Añadir el tomate concentrado
Mezclar con el caldo de pescado
Reservar
Freír los trozos de sepia hasta dorar
Añadir los fideos
Añadir el caldo caliente
Cancelar el menú anterior
Menú Cocina 4
Despresurizar manualmente
Sacar la cubeta de la olla
Tapar con un trapo y dejar reposar hasta que los fideos se ricen
Receta adaptada Directo al paladar
Consejos de La Farsa
*A la hora de dorar los fideos, tened paciencia. Yo no la he tenido y se han quedado muy blanquitos.