Tenemos que decir que hemos probado unas cuantas de estas sopas y esta es, con diferencia, la que más nos gusta de textura y sabor.
Podemos hacerla y servirla de primer plato en cualquier momento pues está llena de vitaminas pero, después de las fiestas de Navidad, de las de Semana Santa o de esas vacaciones de verano que nos hemos pasado comiendo un poquito más de la cuenta, nos sentará fenomenal y nos ayudará a volver a una rutina de alimentación más sana.
Ingredientes:
1 cebolla.
1 pimiento verde.
3 zanahorias.
2 ajos.
1 tomate.
3 ramas de apio.
5 hojas de berza.
Sal, aceite de oliva y curry.
Queso parmesano.
Empezamos preparando todas las verduras. Lavamos y picamos pequeñas la cebolla, los ajos, el tomate, el pimiento, el apio y las zanahorias.
Ponemos una cazuela grande al fuego con 2 litros de agua y echamos las verduras picadas. Tapamos la cazuela y ponemos a cocer.
Mientras la cazuela alcanza el punto de ebullición, lavamos y picamos las hojas de berza también en trozos pequeños. Si no encontráis berza, porque no fuera temporada o por cualquier otro motivo, puede cambiarse por unos grelos o por repollo.
Incorporamos a la cazuela media cucharilla de curry, un chorrito de aceite y la berza troceada. Colocamos la tapa y dejamos cocer a fuego medio-suave durante 30 o 40 minutos. El tiempo de cocción depende de cómo nos gusten las verduras, ya sabéis, menos tiempo, más “al dente”.
Cuando consideremos que las verduras están en el punto óptimo para nosotros, añadimos sal al gusto y la sopa está lista.
Nosotros la servimos con un poco de queso parmesano rallado grandecito ya que mejora su sabor considerablemente.
Esta sopa es también muy apropiada para dietas de adelgazamiento pues se puede consumir como primer plato de forma habitual.
Fuente: este post proviene de Cocina sin Carné, donde puedes consultar el contenido original.
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